My Territorial Pissings

Se siente dolida. Por un lado están todas esas mentiras que le han dicho y por otro todas las verdades que no ha podido soportar. Sabe que una palabra hiere como un puñal, a veces incluso más. Cuando te hieres físicamente, curas la herida con mimo, piensa. La limpias, la dejas sanar sola, despacio... procuras no rozarla con nada para que no duela de nuevo, y pasado un tiempo la olvidas. Las heridas duelen, pero también producen comprensión cuando alguien la ve. Es relativamente sencillo evaluar la herida y cuantificar el dolor del otro... pero, ¿qué pasa si la herida va por dentro? Con el tiempo la herida externa desaparece. Acaso queda una cicatriz que puedes mostrar con orgullo, es el recuerdo de cómo venciste al dolor. Pero las heridas causadas por palabras son... diferentes.
Una palabra no atraviesa la piel o la carne, sino el alma. Y es muy difícil de sanar. El recuerdo hace que duela, se roza sin querer, a veces, queriendo, sin saber muy bien porque. Todos nos atormentamos con palabras que otros pronunciaron nos dolieron, sabemos que hay que olvidarlas, pero irremediablemente están ahí, grabadas a fuego en el alma. Con el tiempo se olvida y un día, sin avisar, al mover un recuerdo contiguo, salta de nuevo el dolor y el malestar. Es el día que se comprende al fin que la palabra no desaparece nunca, queda anclada a la vida del mismo modo que quedan sobre el corazón las lagrimas que no lloramos. Son horribles las palabras.
Por eso ha decidido no usarlas nunca más. Callar y olvidar. Pero es duro. No se puede dejar de pensar y se piensa con palabras. Puede pensar bonitas palabras y ordenarlas en preciosas frases que carecen de realidad. En alguna parte ha leído que la verdad nunca se expresa con palabras bonitas... ¿ es porque la propia Verdad es fea? Se pierde en sus ideas y de pronto se da cuenta de que piensa con palabras. Y se odia.
Los Puñales, como ha decidido llamar a las palabras desde hoy, son tan horribles... sirven igual para hablar de lo que le agrada, que para hablar de lo que le hace daño. Malditos puñales. ¿ Cómo puede estar construida la verdad con los mismos ladrillos que la mentira? Eso no lo entiende, puede pasar horas pensándolo, pero no logra aceptarlo. Y es horrible.
Todos nos sentimos así alguna vez...
Mara (TusRelatos.com) M'hauria encantat publicar un relat que vaig llegir ja fa força temps però suposo que l'autor va decidir borrar-lo perquè no n'he trobat ni rastre... De totes maneres aquest no li té res a envejar. Als que no se'ns dóna tan bé lo d'escriure ens queda el gran consol de poder llegir i admirar aquestes minijoies. Jo és que la creativitat la tinc bloquejada de fa segles!